martes, 9 de junio de 2009

El Pintxo de mediodia



Marino Benejám Ferrer

Nació en Ciudadela, Menorca. Llegó a Barcelona con el aura de gran ilustrador y fue, junto con Urda, el dibujante de TBO más prolífico, hasta el punto de haber veces en que el casi los dos tercios de la revista, salía de su pluma. Benejám fue el más versátil dibujante, llegó a hacer los grandes inventos del TBO después de Nit, Tínez y Tur. Creo personajes como el ridículo Melitón Pérez, el expedicionario cazador Eustaquio Morcillón, y sobretodos, la familia de postguerra por antonomasia, es decir, la familia Ulises. Esta familia, compuesta por don Ulises Higueruelo, modélico apoderado de empresa, la caprichosa mujer Dª Sinforosa y su madre, la abuela Filomena además de la hija siempre casadera Lolín , que espera siempre un novio con dinero para hacer una boda de conveniencia con Don Paco, un hombre solterón que es mucho mayor que ella, Los niños fueron tres al principio, luego se quedaron en dos, el niño Policarpito y la niña Merceditas. Siempre dan la nota de estropear todo el boato que los padres intentan dar ante la burguesía emergente de la postguerra española. La familia Ulises representa a toda esa generación de familias obsesionadas por la ostentación de bienestar y preocupadas por el "qué dirán", que intentan imitar la vida de la aristocracia, pero con torpes y artificiales modales.Sin duda, esta familia ha retratado la España de los treinta primeros años de postguerra.
Como dato anecdótico, decir que Benejám firmó historietas como "Rino" y como "Ferrer", cuando aún no se había consolidado su fama. No sería exagerado decir que tanto él como Urda, fueron los grandes pilares del TBO.
Benejám murió en 1974 aunque ya la familia Ulises era desde hacía tiempo ya, dibujada por Salvador Mestres y por Blanco Ibarz. En esos tiempos el guión era de Carlos Bech, guionista muy conservador que hizo las historietas de la familia muy descafeinadas e incluso de cierto tinte melifluo y rosa, en comparación con las otras etapas de dicha familia, más críticas y ácidas, dentro de lo que siempre fueron los Ulises.
Benejám asumió, durante un periodo relativamente corto, la autoría de la sección "estrella" de TBO como era la de los "GRANDES INVENTOS", y es cierto que le imprimió su manera de ver el ridículo tan personal. Marino Benejám Ferrer nunca llegó a ser tan ácido como "Tínez" , pero se anticipó a Ramón Sabatés en la complejidad de todos esos mecanismos que cumplían una misión desproporcionadamente sencilla con unos sistemas descomunales. De todas maneras hay que reconocer que muchos inventos ridículos los estamos usando en nuestro mundo actual. Véanse los cepillos eléctricos que nos "ahorran" la "fatigosa" tarea de frotar los zapatos o los dientes, o los complicadísimos lavaplatos, que nos tardan media hora en fregar tres vasos y cuatro platos...Quizás ahora no hay sentido del humor autocrítico, y somos una sociedad privada de la crítica y penosamente dócil y obediente.

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