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"Paco Camps de Golf" y Ramón Luis Valcárcel, la pareja de hecho, han hecho del nacionalismo hidráulico y de las reivindicaciones en materia de agua su hoja de ruta "maestra" durante los ultimos años, y con especial virulencia desde que el gobierno derogara al trasvase del Ebro allá por el año 2004. Los alaridos de estos dos barones populares, más inflados que nunca por los votos, se han oido por todos los rincones de este país y de Europa, bajo pretexto de que los "insolidarios" catalanes, aragoneses y socialistas se negaban, irracionalmente según ellos, a dar una pequeña parte del agua del Ebro que, dicho con todo el esperpento científico, "iba a parar al mar", o como a ellos les gusta decir "se tira al mar". Mensaje facilón, de los que entran con vaselina a las capas profundas de la sociedad, donde los ciudadanos apenas deben hacer un leve esfuerzo mental para entender el concepto, con una simple imagen del Ebro desbocado echando millones de litros al mar, eso sí, bien mezclada con otra de un pobre agricultor llorando tendido en sus tierras yermas porque Carod Rovira es un cínico y un antiespañol. ¡Los pelos de punta!
Dice el dicho que "quien a hierro mata, a hierro muere". Los palmeros del "Agua para Todo" ni iban a ser menos, algunas vergüenzas tienen por ahí escondidas. Porque se puede afirmar, con total rotundidad, que la Generalitat Valenciana, con su adalid "h2o" Paco Camps, permite que todos los años se tiren al mar lo equivalente a dos trasvases del Ebro en aguas depuradas y fugas de red que no se aprovechan para riego. ¿Cómo se han quedado? Han leído bien, no se extrañen. Vamos a los datos. La Comunitat realiza un importante esfuerzo al recoger 1,93 hectómetros de aguas residuales al día, 705,97 al año, de los que 693,27 (1,89) son tratadas; sin embargo, la casi totalidad, 534,68 hectómetros (1,46 al día), se echa al mar sin darle ningún uso, frente a sólo 158,59 (0,43) que es reutilizada. ¡Toma insolidaridad!
Más, según los datos del INE y del IVE correspondientes a 2005, la valenciana es la autonomía que más agua pierde, fundamentalmente por el mal estado de las cañerías de la red. Nada menos que el 31,99%, casi un tercio, del total de agua controlada y distribuida para abastecimiento (393 hectómetros) sla valenciana es la autonomía que más agua pierde, fundamentalmente por el mal estado de las cañerías de la red. Nada menos que el 31,99%, casi un tercio, del total se escapa por las conducciones. En concreto, son 125,7 hectómetros anuales. Esta cifra, unida a los 534,68 de agua residual tratada que no se reutiliza y que podría usarse para regar jardines y zonas verdes o para el baldeo de calles, suma 660,38 hectómetros. O, lo que es lo mismo, prácticamente dos veces el trasvase anual del Ebro que incluía el PHN del PP (350 hectómetros). ¡Agua para todos!
Dice el dicho que "quien a hierro mata, a hierro muere". Los palmeros del "Agua para Todo" ni iban a ser menos, algunas vergüenzas tienen por ahí escondidas. Porque se puede afirmar, con total rotundidad, que la Generalitat Valenciana, con su adalid "h2o" Paco Camps, permite que todos los años se tiren al mar lo equivalente a dos trasvases del Ebro en aguas depuradas y fugas de red que no se aprovechan para riego. ¿Cómo se han quedado? Han leído bien, no se extrañen. Vamos a los datos. La Comunitat realiza un importante esfuerzo al recoger 1,93 hectómetros de aguas residuales al día, 705,97 al año, de los que 693,27 (1,89) son tratadas; sin embargo, la casi totalidad, 534,68 hectómetros (1,46 al día), se echa al mar sin darle ningún uso, frente a sólo 158,59 (0,43) que es reutilizada. ¡Toma insolidaridad!
Más, según los datos del INE y del IVE correspondientes a 2005, la valenciana es la autonomía que más agua pierde, fundamentalmente por el mal estado de las cañerías de la red. Nada menos que el 31,99%, casi un tercio, del total de agua controlada y distribuida para abastecimiento (393 hectómetros) sla valenciana es la autonomía que más agua pierde, fundamentalmente por el mal estado de las cañerías de la red. Nada menos que el 31,99%, casi un tercio, del total se escapa por las conducciones. En concreto, son 125,7 hectómetros anuales. Esta cifra, unida a los 534,68 de agua residual tratada que no se reutiliza y que podría usarse para regar jardines y zonas verdes o para el baldeo de calles, suma 660,38 hectómetros. O, lo que es lo mismo, prácticamente dos veces el trasvase anual del Ebro que incluía el PHN del PP (350 hectómetros). ¡Agua para todos!
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