viernes, 19 de junio de 2009

El Pintxo de mediodia



Diez años en el coche oficial
Los 33 concejales de Valencia disfrutan de vehículo 24 horas desde 1999 y firma en 40 restaurantes

¿ Crisis?

FRANCESC ARABÍ VALENCIA
No tienen problemas de aparcamiento, no les afecta el precio de los combustibles ni están en peligro de ser víctimas de la avaricia de la grúa ni del hambre recaudatoria del Ayuntamiento por la vía de las multas. F0rman el selecto grupo de los 33 concejales de Valencia. Desde que salen de su casa hasta que regresan van en coche oficial. Así sean las cuatro de la madrugada, vengan de una reunión con el coletivo de los sin techo o de tomar unas copas de descompresión tras una dura jornada laboral. Se cumplen diez años desde que el uso del coche oficial (ahora Ford Mondeo, antes Focus) se democratizó y se hizo extensible, por deseo de la alcaldesa Rita Barberá, a los ediles de la oposición. La decisión se adoptó por razones de seguridad, dado que según se informó entonces existía la sospecha de que ETA tenía a varios concejales en el punto de mira. El caso es que desde aquel momento hasta hoy, un coche oficial y un escolta de la policía local, que hace funciones de conductor, acompaña a cada uno de los ediles.
La alcaldesa, Rita Barberá, viaja a bordo de un A-8 blindado, también adquirido por el sistema de renting. En el período de tregua terrorista, se abrió un debate sobre si el coche y el escolta tenían sentido. La alcaldesa no quiso asumir la responsabilidad de la decisión y la dejó a cada cual. Juan Soto, Carmina del Río y Francisco Carsí, del PSPV, pidieron verbalmente que se les retirara. Las excepciones fueron efímeras. Pronto volvió la normalidad de los 33 motorizados.
Difícilmente justificable por razones de seguridad es otra de las prebendas que acompañan al puesto de edil: la firma en unos 40 restaurantes de Valencia. El concejal que menos gana -el sueldo base en la oposición- alcanza los 65.000 euros anuales. 3.600 euros limpios al mes. Los ediles del PP gobernante cobran al menos un 15% más por las responsabilidades de área. Y Rita Barberá, por ser alcaldesa, suma un 50% a su sueldo hasta rozar los 100.000 eur0s anuales.
Todo depende de la conciencia de cada cual, pero, de entrada, un concejal de Valencia tiene derecho a que se le patrocinen con dinero público todas las comidas que él y sus invitados hagan entre el almuerzo del lunes y la cena del domingo. Porque los fines de semana también están cubiertos. La reserva de mesa no se hace desde los grupos (ahora sólo hay dos: populares y socialistas), sino que es el departamento de Protocolo el que se encarga de hacer la llamada y reservar a nombre del concejal. Lo cual significa que la alcadesa sabe cuándo, donde y cuánto ha gastado cada uno de los concejales.
Es un sistema diseñado para favorecer la especie de "omertá" pactada por los distintos partidos después de que se filtraran a la prensa diversas facturas de comidas pasadas por ediles del gobierno. Sonadas fueron las mariscadas de Vicente Martínez Marco. En el listado de restaurantes no hay chinos, ni kebabs, ni hamburgueserías. La gama es amplia y abarca desde la clase media del Chez Lyon hasta el restaurante Canyar o el Alto de Colón. A la hora de satisfacer a los paladares sibaritas no existe tope, pero han tenido que dar un toque desde Protocolo a algún que otro edil que ha disparado las alarmas de la caja.
La portavoz socialista, Carmen Alborch, por ejemplo, recibió un recado por los excesos cometidos por alguna firma del grupo socialista. En la pasada legislatura, hubo quien rompió la barrera de los 3.000 euros mensuales en comidas. Este dispendio también motivó un aviso. La factura de Movistar de los 33 también la paga el consistorio.

http://www.levante-emv.com/

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