miércoles 19 de enero de 2011
"Quisiera sentirme José David B. L. pero bien sé que estoy partipando de su linchamiento público", texto de cabreo y desahogo de Andrés Pedreño *
Lo que está aconteciendo estos días con el "presunto" agresor al consejero Pedro Alberto Cruz, José David B.L, es un auténtico linchamiento colectivo, propiciado y alentado mediática y políticamente, en donde todos (incluida la izquierda ciudadana) respira aliviada.
No hamos visto foto de la agredida cara del consejero. Desconocemos los detalles de la agresión, y todo es pura confusión: ¿hubo o no puño de hierro? ¿cuántos testigos? ¿cuántos agresores? La invisibilidad como estrategia de sacralización de la víctima.
De José David lo sabemos todo: su fotografía, su afición deportiva, su ideología política, su antecedente de posesión de marihuana, la pedanía donde reside, el tipo de actividad económica del padre, la carrera universitaria donde está matriculado... y lo más importante, disponemos de categorías generosamente ofrecidas por periodistas para legitimar su conversión en desecho humano (y es es que un "sharpero", un "extremista de izquierdas", un "antisistema", es obvio que no merece condición humana respetable). La hipervisibilidad como estrategia de ofrecimiento de una víctima propicia para su linchamiento público.
Seguramente la agresión al consejero terminará descubriéndose que carecía de motivos políticos. La politización de la agresión se la dio la derecha mediática y política en un intento de desactivar la protesta trabajadora, y la izquierda social y política con su complejo de culpa.
El linchamiento colectivo a José David, por el contrario, es un hecho absolutamente político. Es una violación en toda regla de derechos humanos y fundamentales a un joven a quien repito, se le está jodiendo la vida con toda intencionalidad: ¿acaso proporcionar a la ciudadanía
tantos datos privados de este chico no es una forma de tranquilizar a la población ofreciéndole la posibilidad de que el linchamiento continue en el futuro?
Que los trabajadores de la función pública continúen la lucha sin complejo alguno incluido (y huevos también, y por supuesto reanudando la presión sobre los consejeros en cualquiera de los actos públicos en los que participen) será un ejemplo de dignidad democrática.
Que la policia ponga un poco de sensatez en todo esto, y termine descubriéndose que lo que ha intentado Valcarcel y los suyos es emular a Acebes-Aznar cuando el 11 de marzo.
Que jóvenes como José David B. L. no olviden la lección que están aprendiendo estos días, y extraigan conclusiones políticas.
(*) Profesor titular de Sociología de la Universidad de Murcia
visot en :http://murciaconfidencial.blogspot.com/2011/01/andres-pedreno.html
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