jueves, 5 de marzo de 2009

El pintxo de mediodia



¡Increible!
El PP sube pese a la tormenta


JESÚS CIVERA
Cuando más plomo caía sobre el PP valenciano, el partido de Camps encargó una encuesta. La muestra se realizó entre el 16 y el 26 de febrero. Camps salía en las grabaciones de Garzón -convocó el 19 el desacertado acto de desagravio en el Palau- y el caso Orange Market invadía las primeras páginas, con sus múltiples e ígneas derivaciones. En el sondeo se jerarquizaban las preocupaciones de los valencianos, como es habitual en este tipo de pulsos estadísticos. Entre las primeras figuraba la corrupción, sólo superada por la crisis y el desempleo. Los resultados son conocidos: el PP obtenía una explosivo ascenso, rebasando en tres escaños sus cifras de 2007. El PSOE perdía respaldo social. La regla se vuelve a imponer: los casos de corrupción -supuestos, en este lance- apenas afectan a la derecha. En cambio, el castigo que sufren los partidos de izquierda es lapidario, severo, rotundo. También reaccionan antes: echan al elemento contaminado mientras el PP lo sostiene. El electorado, con todo, reacciona ante las irregularidades de la derecha como si se tratase de un cuerpo translúcido. Observa un comportamiento estoico, a prueba de bombas. La regla se comprueba elección tras elección. En esta esquina del mapa, y en localidades y territorios de mucho fuste, tenemos ejemplos modélicos. El desgaste del PP es coyuntural y desaparece cuando amaina la tormenta mediática.
La encuesta encargada por el PP, además de curiosear sobre su triunfo, reconoce el ascenso de Esquerra Unida, una fuerza política a la que se le daba por amortizada. Es un elemento a tener en cuenta, tanto para el PP como para el PSOE. La emergencia de EU, en plena crisis, resulta un indicador definitivo, que sembrará enormes dudas en el PSOE y diluirá el campo referencial del PP. El Bloc no alcanza el 3%, aunque los datos son difusos, puesto que su transfiguración en Compromís distorsiona la radiografía. En todo caso, rozamos los cuatro millones de parados. ¿Sobre las espaldas de qué culpable cargará la opinión pública el terremoto social? ¿Lo hará en clave nacional? Es muy probable. Algo se ha vislumbrado estos días en Galicia. Aun así, ¿logrará Camps que se identifique a medio plazo la crisis con la figura de Zapatero?
leído en: http://www.levante-emv.com/

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