jueves, 18 de diciembre de 2008

Especialidad del dia



Optimal auditó a Madoff en Nueva York hace un mes y volvió pensando que era un genio

El 'escándalo Madoff' ha puesto en evidencia todo el sistema de supervisión, auditoría y control de riesgos en que se supone que se basa la industria de inversión. Pero hay casos especialmente sangrantes, como los de las dos firmas que más volumen de fondos de Madoff han colocado en el mundo: Fairfield y Optimal (la filial de hedge funds del Santander). El primero tenía un equipo en Bermudas dedicado exclusivamente a la supervisión de Madoff que -a la vista está- no se enteró de por dónde soplaba el aire. Y la entidad española envió un equipo hace un mes a Nueva York para visitar al gurú, que volvió poco menos que convencido de que era un genio de la inversión.

Según fuentes bien informadas, un equipo "muy senior" de Optimal fue de viaje a la ciudad de los rascacielos para revisar en profundidad el funcionamiento de la gestora de Madoff, lo que se denomina due dilligence. En estas visitas, los inversores (Optimal) suelen examinar todo tipo de papeles, vigilan la operativa de los gestores, el control de riesgos, las auditorías e incluso la estructura societaria y los medios materiales y personales con que cuenta la firma. "Se levantan hasta las alfombras", se suele decir en el sector.

Con la legalización de los hedge funds en España (aunque fueran sui generis), las firmas que pretendían comercializar fondos de fondos hacían exhaustivas presentaciones a sus potenciales clientes en las que contaban maravillas sin cuento de su due dilligence para seleccionar los productos de su cartera. Ese proceso comprende el análisis cuantitativo (ver las cifras de rentabilidad y volatilidad, y extraer sofisticadas medidas como el ratio de Sharpe), el cualitativo (con qué estrategias se consiguen esas cifras) y el operacional (comprobar in situ cómo se llevan a la práctica estas estrategias). Según estas presentaciones, si un fondo falla en alguno de estos puntos o algo no está demasiado claro, se descarta por muy buena rentabilidad que ofrezca.

Madoff engañó a todo el mundo

Pero del dicho al hecho hay mucho trecho, como queda demostrado en el caso de Madoff. Tan bien tenía montado el tinglado que consiguió engañar al equipo de Optimal, acostumbrado a reunirse con gestores de hedge funds todas las semanas y a analizarlos de arriba abajo. Un portavoz del Santander ni confirmó ni desmintió esta visita. Y no sólo se trata de Optimal: especialmente sangrante es el caso de Tremont, una de las firmas históricas de la gestión alternativa en el mundo, que tenía nada menos que la mitad de su patrimonio invertido con Madoff.

"Parece que todos estos requisitos y precauciones teóricos palidecían frente a las espectaculares cifras de rentabilidad de Madoff, y sobre todo de volatilidad: su rentabilidad era casi una línea recta, sin apenas meses negativos", explica un experto en gestión alternativa. Otra fuente del sector da una explicación más sangrante: "Era mucho más fácil colocar un producto con estos números que cualquier otro, y las ingentes comisiones que dejaba a los comercializadores hacían que éstos cerrasen los ojos a las cosas raras de las que todo el mundo hablaba".

Y eso que algunas de estas cosas raras eran bastante llamativas, como que Madoff no cobrara comisión de gestión, sino sólo por la operativa que los fondos generaban a su broker, o que no invirtiera su propio patrimonio en estos fondos -en contra de lo que es una práctica universal en los hedge funds-. O más llamativo todavía: que Madoff no tuviera siquiera estructura jurídica de gestora, sino de asesor de inversiones (advisor)
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